I
Una luz triste se colaba en la habitación en la que desperté, el cielo se antojaba frío. Me aferré a mi cobija y a los ya tradicionales cinco minutos más, que me reprochaban con un tic-tac. Ya había dicho que le iba a quitar la pila a ese reloj porque hace mucho ruido. 6:15, ahora es tarde, me levanto, corro al baño, me detengo frente al espejo, me encuentro ahí, de pie mirándome fijamente ¿Quién soy?
Me regalo una sonrisa mientras me quito el pijama, abro el agua que corre libremente… fría… entro, la piel se hace de gallina, es muy fría… hace bien al corazón ¿o no? Camisa blanca, camisa azul, corbata roja, negra… se hace una “x” se pasa por delante, por detrás, por en medio, se ajusta, se afloja, los kilos han venido con los años, han pasado varios años, me pongo el saco… debería usarlo más seguido ¿Qué traigo aquí? Una pluma y un boleto del teatro, hace dos años estaba sentado en la fila “D” asiento 16. La luz blanca caía sobre un actor que se encontraba amarrado en posición fetal, el hombre sufría… Ay de mí… el teatro en un silencio sepulcral, me sentía cómplice de quienes encerraron a ese hombre… Apurar cielos pretendo… actuación espectacular, cómo aplaudí esa vez, de la fila “A” a la “D” todos de pie, los demás estaban a mi espalda, no voltee para ver si todos habíamos disfrutado tanto “¿Te gustó?”, pregunté casi sabiendo la respuesta. “Odio el teatro clásico. No me gusta, me aburre ¿A poco a ti sí te gustó?”. No recuerdo su nombre, era una chica alta, muy blanca, recuerdo que me gustó un día, la vi pasar caminando por los pasillos, la vi dos días y luego tres, al cuarto me acerque con boletos para el teatro: “Hola tengo dos boletos y mi acompañante me acaba de cancelar ¿Te gustaría ir conmigo?”. Jugada maestra, el sí fue más rápido de lo que yo había imaginado, pero también recuerdo que sí me dijo su nombre antes de entrar al teatro, o al salir, antes de la cena, antes de mi departamento, de las palomitas de maíz, de la cena de navidad y el año nuevo, antes del viaje… según yo sí lo mencionó alguna vez, o yo la llamé según me pareciera adecuado. Tomo mi maletín, me aseguro de que no me falte nada, cuaderno, libro obligado, libro por placer, pluma… no traigo pluma… sí traigo, la acabo de encontrar en el saco, estoy listo… ¿Estoy listo?
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Cinc >> Óleo sobre cartón >> Alias Torlonio
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Rodrigo RAVZ es egresado del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, también es egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Tomó una especialización en Dramaturgia. En este campo ha ganado diversos premios y ha creado obras como “De cuando me suicidé”, monólogo que se ha representado en México y Colombia, aparte de obras como “Infierno negro” y “Teatro muerto”, también ha participado en las adaptaciones al teatro de las películas “El casto Susano” y “Salón México”, entre otras. Sus trabajos de investigación giran en torno al teatro novohispano, aunque, si de cuentos se trata, siempre elegirá primero a Edgar Allan Poe.
