Comúnmente el trabajo, la escuela y el deporte son los espacios a través de los cuales las amistades se construyen. No es para nada raro que nuestros amigos pertenezcan a uno de estos lugares. Podemos compartir otros ámbitos con ellos: familiares, culturales, religiosos, etcétera, pero estos espacios son usualmente el punto de partida desde el cual inicia una amistad. Sin embargo, por extraño que parezca, un género literario tiene la capacidad de ser también el punto de inicio. Quizá para algunos de ustedes, la palabra “épica” es un término que refiere actualmente a un hecho increíble. Decir, por ejemplo: “qué fiesta tan épica” referiría a una fiesta increíble, algo fuera de lo común en un sentido muy positivo. Pero para otros, quizá sólo para Rafael y para mí, además de representar el máximo de los géneros literarios; aquel donde Virgilio, Hojeda y Ruiz de León consagraron sus plumas, la épica se ha convertido en el puente que nos ha permitido ser amigos, perdón, quise decir hermanarnos. Tanto así que el día de hoy tengo la dicha de estar presentando su libro [Mal]viajes en el tiempo.
Pero ¿qué es la épica y que tiene que ver con el evento que hoy nos convoca? Prefiero alejarme de las definiciones técnicas propias de nuestros menesteres académicos habituales, para decir de manera más resumida que es un tipo de composición que narra los hechos heroicos de un héroe o una colectividad, llámese éste Eneas, Hernán Cortés, Cristo o los araucanos. A diferencia de otros géneros como la poesía lírica, donde el poeta expresa sus sentimientos, o la tragedia, donde se narra la desgracia de un personaje, la épica tuvo como fin ser el vehículo por medio del cual los poetas ensalzaron los hechos más gloriosos, las hazañas más relevantes y los eventos más heroicos. Los poetas épicos tenían la obligación de ser hombres cultos, lectores profesionales de textos históricos, literarios e, incluso, científicos, y a su vez también dominar la lengua. Con una definición de esta naturaleza es de esperarse que pocos sean los interesados en consagrarse al estudio de la literatura épica, pues, por principio, suena un poco pretenciosa y además conlleva navegar en un mar de conocimiento enorme. Asimismo, nadie creería que este tipo de poesía pueda ser el vínculo que une a dos personas; sin embargo, he tenido la oportunidad de vivir en carne propia este suceso.
Durante nuestros estudios de maestría, Rafa, como lo llamamos los amigos, y yo tuvimos la oportunidad de conocernos. De entre todos los estudiantes del posgrado en letras, él y yo éramos los únicos interesados en estudiar poemas épicos. Mientras varios de nuestros compañeros estaban embelesados con las composiciones poéticas del siglo XX, nosotros apostábamos al estudio de los herederos del mantuano, en otras palabras, al estudio de las composiciones de Ercilla, Milton, Ariosto, Gabriel Lobo, Lasso, de la Vega, entre otros. Así, las pláticas y discusiones relacionadas con poesía épica nos permitieron volvernos buenos amigos y colegas. Prueba de ello es que el pasado 15 de noviembre del 2022, durante una conferencia del doctor Rafael Torres-Murciano, en la Biblioteca Nacional, Rafa tuvo la generosidad de obsequiarme un ejemplar de su obra con una dedicatoria, la cual decía: “Para mi estimado amigo Gabriel Aquino, en la esperanza de que entre estos cuentos encuentre una lectura épica”. Hoy, en esta presentación, estoy aquí para dar testimonio de mi lectura, es decir, para dar testimonio de lo épico que encontré en el texto. Eso sí, siempre desde la rigurosidad profesional con la cual nos acercamos a las obras.
[Mal]viajes en el tiempo es un libro que contiene diez cuentos breves en el cual el autor une sus grandes pasiones: el gusto por la ciencia ficción, la historia prehispánica y lo novohispano. Una mezcla de estos temas no es una característica que deba pasar desapercibida, puesto que conlleva una apuesta temática alejada de los lugares comunes. En este sentido, la lectura de sus páginas nos permite a los lectores entrar en mundos que jamás hubiésemos imaginado. Por ejemplo, en “Brave New Toltecáyotl” tenemos la oportunidad de mirar los presagios de la conquista de Tenochtitlán desde una perspectiva diferente a la común. No como una serie de hechos que anuncian la eminente caída del imperio mexica, sino como una suerte de señales con las cuales el viajero en el tiempo, Moctezuma Tonatiuh Fernández, intenta salvar al pueblo azteca de su caída. Por otra parte, con el cuento “Estás de vacaciones” podemos imaginar que una agencia de viajes en el tiempo nos engaña con su publicidad, y que somos transportados a la capital mexica la noche del 30 de junio de 1520. Así, bajo el caos, la lluvia y la violencia del combate entre huestes españolas y mexicanas, intentamos sobrevivir a la Noche Triste, sintiéndonos arrepentidos al mismo tiempo de haber caído en la falsa publicidad de la agencia.
Finalmente, la joya de la corona me parece que es el cuento “Fernández a la conquista del Nuevo Mundo”. En esta narración, además de apreciar un argumento que mezcla los temas antes citados, como lectores podemos hallar —me atrevo a decir— el uso de imágenes poco comunes en la narrativa mexicana, tales como “carabela espacial”, “Aquiles galáctico” y “jacalito interestelar”, característica que pasa desapercibida pero que sin duda muestra el talento de Rafael. En este cuento se nos presenta al Mayor Mariano Fernández en su intento de ir a la conquista la Neomeztli 15-21 en su nave la Quetzaltcoatl-1. Recordando quizá el estilo de Martín Luis Guzmán, entendemos las intrigas que rodearían a una empresa de este tipo; es decir, los dimes y diretes, la burocracia mexicana, los conflictos de intereses, así como las preocupaciones del Mayor Fernández.
Si me preguntas, Rafael, qué de épico he encontrado en la lectura de estos textos y en general en el libro, te diría el día de hoy que es ese intento heroico de usar la literatura para expresar quién eres más allá de satisfacer a alguien. Te alejaste de las temáticas tradicionales para apostar por lo que a ti te llena, por tus pasiones, y para coronar tu esfuerzo decidiste hacerlo con una narrativa encantadora, que atrapa y que seduce, por lo que todos aquellos que se acerquen a tu libro, te apuesto a que también encontrarán entre tus líneas algo de épico, querido amigo.
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Juana Salmerón y Villeda >> Del libro [Mal]viajes en el tiempo >> Rafael Alvazález
Gabriel Aquino Chávez es licenciado en letras modernas italianas y maestro en literatura comparada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Se ha desempeñado como docente en diversas instituciones como la Universidad Católica Lumen Gentium, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y la Universidad Pontificia de México. Además de esto, ha sido becario PAPIIT en dos ocasiones en proyectos relacionados con el rescate de literatura novohispana a cargo del doctor Tadeo Stein. Actualmente realiza sus estudios de doctorado en literatura hispánica en El Colegio de México.
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