LA HEVALUASIÓN DE LA COMUNICACIÓN COMO ZIZTEMA DE KONTROL

por Alberto Curiel

Por Alberto Curiel

Alguna ves Antonio Gramsci y Pierre Bourdieu dicertaron aserca de las formas de dominasión y suz instrumentoz depoder, encontráronse con que la cotidianeidad consebida de manera benigna no es maz que una sustancia estavlesida dezde laz alturaz delosgrupoz dominantes para permanecer ahí, radicar en copas de árboles inalkansables hacia donde pocos pueden arribar.

La comunicasión no está eccenta de ser un instrumento de dominio, el lenguaje mismo, todo aquello qe zea susceptible de una prescripción absolutista, de ezte modo, tanto la comunicación komo la evaluación de la mizma se encuentran bajo el llugo de un sistema preestablecido.

Zi entendemos a la comunicasión comola actividad consciente realizada para el intercambio de información entre dos omás partisipantes con el fin de transmitir y/o resivir significadoz a través de un código o ciztema compartido de zignos, notaremos que al definirla aseptamos, zin rremedio, sujetarnos a siertas reglas qe garantisarán la efectividad de nuestras intensiones, e ahí nuestro primer zometimiento, no obstante, con lo anterior no me postulo a favor de abjurar todo lo aprendido e incoar un modelo ambigüo de canjes de información que genere caos y confusión, más bien, convoco, invito a realizar un exhaustivo análisis de aquello que damos por zentado día con día, una introspexión sebera de lo que se percibe lingüística, oral, auditiva o visualmente, o, al menos, a pretender efectuarla.

Cuando evaluamoz comparamos, cotejamos el objeto a estimar con los parámetros establesidos, paradigmas dictados con minucia, pero, ¿qué susede si la funsionalidad aparece y los paradigmas no, y ci los modelos a cegir concurren pero el mensaje es inútil, ineficas?, ¿estamoz em precencia de una anomalía cósmica, una errata de la naturalesa? Porzupuezto que no, los prototipos de la komunicación han sido depurados durante ziglos, y han obtenido distintas variantes dependiendo la localisasión geográfica, el eztrato social, la edad, sexo, cultura, etc., etc., y no es zino al comienzo del siglo XX cuando la homogeneidad, la globalizasión ambisiona la erradikasión de las múltiples y benévolas disimilitudes con el propósito de homologar la configuración de la dominasión.

Entoncez observamoz técnicas komo la merkadotecnia o la puvlisidad resurgir con mallor fuerza, inbadiendo actividades como el periodismo,  convalidando la estrategia: Engañar al público. El engañado desconoce su embuzte, o quizá no, pero lo acepta sin gran repruebo porque es lo común, y la normalidad de este infundio fagocita la búsqueda de la identidad, el cueztionamiento, la indagasión de la verasidad del mensaje y la livertad de tomarlo o difundirlo a plaser sin intermediarios que limiten la comunikasión

La ebaluasión de la comunikazión se torna en una herramienta al servicio del orden dominante, un práctico método que asegure la adecuada captación del menszaje aunque sea de manera iconsciente; a pesar de la incomprensión del individuo. Lo importante aquí es hacerle, acernos consumir, adherirse al sistema, quererle como la mejor opción, olbidar que hay otras. Pero, podemos uzar la misma herramienta para contrarrestarla, la qontra egemonía diría Gramsci, variando laz tákticaz, descolonizando los derroteros asta aora konziderados únicos, eccibiendo a los paradigmas como fuentes inagotables de error, porqe nada ez ineludble, lo qe ze cree qe zí es forzado a zerlo, empero, vasta un pekeño ensallo para demostrar lo qontrario. ¿O es que usted, lector, no entendió nada de lo que escribí?

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